La peluquería Morella Hair Center estuvo nominada como la mejor del año en España en 2014, ganó los premios Tocado y fue finalista a los ABS Global Awards por la colección Marionettes. Además, crearon la portada de la prestigiosa revista Coiffure Professionnelle. Hablamos con Montse Morella, fundadora de la peluquería de Sant Celoni y responsable de todos estos éxitos. Pertenece a una familia de tradición barbera, pero no se conformó con lo tradicional y sigue estando dispuesta a innovar en el sector de la belleza con colecciones rompedoras casi treinta años después de abrir el negocio.
¿De dónde te viene la vocación para ser peluquera?
Mi padre y mi abuelo tenían una barbería. Desde muy pequeña, una de las cosas que más me gustaba era tocar sus herramientas de trabajo, aunque a ellos no me dejaban mucho. Alguna vez me habían castigado afilando navajas con el pasador y una pasta rosa… tenía que concentrarme mucho y no era lo mío. Tenía ojos para todo, hasta que una de las máquina de cortar pelo manual de mi abuelo sirvió para raparse el flequillo. A partir de entonces, con tres años, las muñecas se convirtieron en mis clientas.
¿Cuál fue tu primera experiencia laboral?
Tendría unos trece años y si quería dinero me lo tenía que ganar. Mi padre me dijo que tenia que pasar la máquina al cuatro por toda la cabeza a un niño. Dos horas después de hacer mi primer corte, que evidentemente repasó y acabó mi padre, vino el padre del niño muy enfadado.
Le dijo a mi padre que nunca más me dejara cortar el pelo a nadie, que le había hecho escalas con la máquina a su hijo! Lo traía para que le arregláramos el corte. El hartón de llorar que me pegué en el comedor de casa después me sirvió para tener más fuerza para estar todo el día trabajando con mi padre. A partir de entonces fui a la peluquería todos los sábados.
¿Crees que un buen peluquero nace o se hace?
Desde mi punto de vista, creo que todos los sueños se pueden hacer realidad con constancia y esfuerzo. En esta vida todos nacemos para algo y, si la buscas, la encuentras. Yo no creo en los iluminados, creo en el trabajo y en el día a día.
¿Cómo es un día normal en tu peluquería?
Me pongo a trabajar a las 9:30 de la mañana hasta casi las 8 de la tarde. Miquel, mi compañero, abre la peluquería y yo me incorporo con la primera clienta o haciendo trabajo en el ordenador, siempre después de tomar un café. Así van entrando mis compañeros y nuestros clientes. Todos procuramos hacer una fiesta de nuestro trabajo cada día.
Viviste en Japón. ¿Cómo llegaste hasta allí?
Conocí a Hidekazu Hayashi en un encuentro internacional en Los Ángeles, en enero de 2006. Desde entonces empezó una ronda de e-mails y una propuesta de trabajo de tres semanas para conocer su sistema de trabajo. No fue fácil, menos con mi carácter, que es la antítesi de los japoneses. Pero me encontré con personas maravillosas que aún hoy considero mi segunda familia. ¡Somos más iguales de lo que pensamos!
¿Qué te aportó la experiencia en el extranjero tanto a nivel personal como profesional?
Japón me aportó -y me aporta cada vez que vuelvo- cosas que yo considero muy importantes para nuestro trabajo: disciplina, orden y profesionalidad. Tanto a nivel personal como profesional. Seguir unos protocolos, tener un sistema de trabajo y un orden en la vida son tres premisas que tengo claras para vivir sin estrés y con confianza en mí misma.
¿Qué experiencia te ha hecho aprender más?
Creo que de las cosas negativas sacas lo que no tienes que volver a hacer y, de las cosas buenas, lo que puedes mejorar aún más.
Todo es válido, de todo se aprende. Lo más importante es saber en todo momento de dónde vienes, quién eres, dónde estás y hacia adónde vas. La vida misma ya te regala momentos y situaciones para crecer cada día, sólo hace falta ser consciente en todo momento de lo que pasa y por qué pasa. Aunque hay algunas circunstancias que no tienen respuesta…
Tu peluquería estuvo nominada como la mejor del año en España en el 2014, habéis ganado los premios Tocado y sido finalistas en los ABS Global Awards por la colección Marionettes, habéis creado la portada de la prestigiosa revista Coiffure Professionnelle. Con todo este historial, ¿qué reconocimiento te ha hecho más ilusión?
Todos, absolutamente todos. Estamos viviendo un momento diferente, divertido y lleno de sorpresas. Espero que todo el equipo de personas que me rodean día a día también disfrute de este momento.Siempre hay gente que se alegra cuando un profesional recibe un reconocimiento y hacen suyo ese minuto de gloria. Eso te arranca una sonrisa de felicidad por el trabajo bien hecho.
Con la colección Marionettes demuestras que el mundo de la peluquería no es puramente superficial. ¿En qué consiste el mensaje de la colección y cómo te inspiraste?
La sociedad actual nos hace movernos y reflexionar, no todo es tan chungo como la gente a veces dice. La tecnología forma parte de nuestras vidas y, por ejemplo, esas lechugas que comíamos hace unos años ahora sólo unos pocos las disfrutan, pero no por eso el presente es peor.
Marionettes es una crítica a la sociedad, un despertar hacia otra dimensión, el momento de “hago lo que quiero y cuando quiero” sin importar lo que piensen, pero siempre desde el respeto. Ya está bien, más es más!
Creas colecciones muy rompedoras, ¿a nivel personal también te has atrevido con muchos cambios en el pelo o eres más conservadora?
Mi pelo cambia como las lunas. Siempre valoro mucho el momento que estoy viviendo y así lo reflejan mis cambios de imagen. Desde estilos más conservadores o clásicos hasta crestas con laterales afeitados; todo tiene su momento, pero los ochenta siempre me han gustado mucho.
Pese a haber ganado tanto prestigio, ¿sigues teniendo las clientas de siempre en la peluquería?
La señora Teresa viene cada jueves a la pelu como hace casi treinta años y se la recibe y trata como a todos los clientes nuevos que nos visitas. La puerta de casa siempre está abierta para todo el mundo.
¿Crees que nos dejamos limitar por la edad a la hora de cambiar de peinado?
Todo tiene un momento y sólo lo puede decidir uno mismo. La vida trae muchos cambios y la mayoría de veces se reflejan en nuestra imagen. La edad es una gran maestra para conocer con qué nos sentimos más cómodos. Todos nos queremos sentir guapos. Sólo hace falta tener a un buen profesional que nos escuche y nos entienda aunque nos expliquemos a nuestra manera. Eso forma parte de nuestro trabajo, la empatía con los clientes.
¿Cuál es la estética de tu local? ¿Crees que el mobiliario tiene mucha importancia al transmitir tu concepción de la peluquería al cliente?
Mi local es un espacio donde la comodidad, el orden y la estética van de la mano. Refleja mucho mi forma de ser, es un espacio cálido, industrial y con mucha luz.
Las conversaciones previas con profesionales en el mundo de la arquitectura y el interiorismo antes de crear un proyecto son la base más importante para que cada profesional se sienta como en casa y las peluquerías tengan un nombre propio.
También tenéis la barbería Morella. ¿El mundo masculino está ganando terreno en los últimos años con la estética hipster?
Hace tres años integramos la barbería del 1932 con la peluquería inaugurada en 1988. Es la mejor idea que hemos tenido en casi treinta años como empresarios en el sector de la belleza.
Es un proyecto que trabajamos durante más de dos años y, cuando decidimos el cambio, todos estábamos de acuerdo con la fusión. Multiplicamos fuerzas y restamos todo lo que no es necesario en estos momentos. ¡Se tiene que ser práctico!
Las técnicas de barbería de toda la vida nunca pasarán de moda, cuando se tiene una base se tiene todo. El resto son modas y tendencias que evidentemente tenemos que estudiar, trabajar y adaptar a nuestros clientes para ofrecer siempre servicios nuevos e innovadores. Pero repito, lo más importante es tener una buena base. Después puedes adaptar a tu manera de trabajar todos los estilos que el mundo de la moda propone o que nosotros mismos sugerimos a nuestros clientes.