Estamos de acuerdo que arreglarse nos sienta bien. A todos
Ir a hacerse el color, pedir cita a la pelu en busca de un nuevo look o visitar al barbero, aunque sea solo para perfilarse la barba, es un pequeño gesto que nos hace sentir misteriosamente bien. Y es que los momentos de cuidarse son más profundos que meras ITV estéticas.
De hecho, hay estudios que confirman que el estado de nuestro cabello (y aquí incluimos barba) tiene consecuencias psicológicas positivas, cuidar de él mejora la autoestima y libera estrés. Teniendo en cuenta su importancia -más allá de la estética-, es absolutamente lógica la extensión del concepto Spa Capilar en salones y barberías.
En un momento en el que los salones de belleza y barber shops se sofistican cada vez más para ofrecer una experiencia diferente y memorable a sus clientes, no es de extrañar que los spas capilares cojan cada vez más relevancia.
Nuestro experto en cabello no solo nos esculpe hábilmente la melena o la barba, buscando una satisfacción momentánea, no. De nuestra cita con el estilista esperamos siempre salir con mejores resultados: un cabello sano, brillante, flexible y manejable, que embellecerá el rostro, actualizará la imagen global, nos facilitará la vida diaria y nos ayudará a obtener un look perfecto en un tiempo récord desde casa.
Y es que cuando vamos a nuestro salón de peluquería o barber shop de referencia, salimos radiantes y felices después de que el estilista nos asesore y nos realice los tratamientos y cuidados para conseguir ese look maravilloso (cortar, color, mechas, etc.), pero cuando nos toca lavarlo en casa, comienza la verdadera odisea, ya que en muchas ocasiones nuestro cabello no se parece en nada a cómo lo teníamos al salir del salón.
Aquí es donde vemos la importancia de elegir la calidad. Los productos que nos ayudan a tratar, nutrir y cuidar de nuestro cabello más allá de los que consiguen un resultado espectacular pero meramente estético y efímero. Los usuarios somos cada vez más conscientes de la importancia de la prescripción experta de los productos de uso diario. Y los profesionales también.
La fórmula del éxito: 80/20
Hemos entendido que un cabello sano y brillante tiene el 80 % hecho, luego le podemos hacer un corte y un color bonitos y ya tendrá el 100 %
Por ello, antes del corte o la coloración es importante el cuidado. La experiencia Hair Spa tiene como objetivo darle belleza, sanar y tratar aquellas afecciones que hacen que el pelo no luzca bonito y que no sea fácil de manejar, como puede ser un cabello fosco, encrespado, con falta de volumen o brillo que reflejan los cabellos dañados, secos o quebradizos.
Contar en el salón con el mejor partner, trabajar con productos de calidad que contengan activos que penetran en el córtex del cabello y escuchar al cliente y estudiar al detalle qué es lo que de verdad necesita, analizar en profundidad qué afecciones aquejan a su cabello y a su cuero cabelludo, cuáles son los hábitos o rutinas que sigue en el cuidado diario y hablar de qué productos utiliza, permite cuidar de una forma más profunda y obtener mejores resultados a largo plazo.
Más allá de la típica oferta de corte y peinado, los salones ofrecen una amplia oferta de cuidados: lifting capilares, nano-nutriciones, tratamientos de vitaminas, cauterizaciones capilares, tratamientos de botox para recuperaciones inmediatas y tratamientos antiaging, todo ello ha transformado la experiencia del usuario.
La comodidad y el confort que ofrece el local durante el proceso de cuidado también se ha erguido como punto clave en la experiencia de usuario. Las manos que nos atienden y los productos que nos prescriben y aplican son clave. Pero conceptos como la ergonomía, la privacidad, la acústica, la iluminación o el aroma son decisivos para el éxito total de la experiencia.
Conseguir que el cliente no solo venga, sino que vuelva
Un mobiliario con un diseño estético y además ergonómico, no solo beneficia la salud del cliente y del profesional que está trabajando, también contribuye a la experiencia sea confortable y 100% saludable.
La zona de lavado, el sillón de corte, el asiento de espera, la camilla, el sillón de barbero, los paneles acústicos, las alfombras anti-fatiga… elegir bien la base del interiorismo es sentar una gran base para el negocio, la experiencia de usuario y el confort del trabajador.
Y es que mirar más allá, siempre nos lleva más lejos. Ayudar a que un bad hair day se convierta en un good hair day es relativamente fácil. Abanderar y convertirse en prescriptor de una forma de cuidarse con una visión experiencial y con vocación de servicio nos permite consolidar y fidelizar no solo a la clientela sino también al equipo.