Entrevista a Enric Mas, propietario de Mas Perruquers

Hablamos con Enric Mas, propietario de Mas Perruquers, con dos locales para hombre y mujer en Caldes de Montbui. Nos cuenta su experiencia en el sector y nos centramos en las tendencias actuales en la peluquería masculina. ¿A qué se debe la pasión por los tiempos pasados y la vuelta a las barbas frondosas? Enric nos cuenta su punto de vista.

Enric, cuéntanos un poco acerca de tu local y sobre tu trayectoria como peluquero.

Yo formo parte de la tercera generación de peluqueros de mi familia Mi abuelo fue barbero en Sentmenat durante un corto periodo de tiempo en los años 60. Entonces mi padre, Tomàs Mas, ya empezó a ayudarle antes de hacer el servicio militar. Allí pudo practicar con otros compañeros y una vez volvió montó su propia barbería, que se acabó convirtiendo en una peluquería unisex, muy de moda en los 80.

Desde pequeño estuve vinculado a este oficio ayudando a mi padre. Con 15 años me di cuenta que no sólo me gustaba, sino que también se me daba bien. Empecé a ir todas las tardes como ayudante mientras estudiaba y, después de muchos movimientos empresariales y formación, abrí las puertas de mi local en 2005.

¿Con qué idea abriste el negocio?

La idea en aquel momento era crear un espacio sólo para hombres, ya que las peluquerías unisex le habían comido terreno a las barberías, que se veían como anticuadas y sin tendencias. Ni mi padre ni yo nos identificábamos con este modelo, por eso quise dejar atrás las reminiscencias del pasado para entrar en un mundo donde la metrosexualidad del hombre ha ido ganando mucho terreno.

¿Cuándo hubo un punto de inflexión en la visión de las barberías?

Desde el 2012 aproximadamente todo cambió gracias a la irrupción de la moda hipster. Entonces la barbería tradicional volvió a coger impulso y proliferaron muchísimos estos locales. Desde entonces, nuestro salón se ha ido modificando para adaptarse a las nuevas tendencias. En cuestión de estilo decorativo, ahora mismo tenemos una barbería vintage.

¿Qué es lo que más te inspira a la hora de cortar el pelo y hacer peinados?

Lo que más me inspira en mi oficio son los grandes peluqueros de referencia. Me enseñan el camino con sus colecciones, normalmente dos por año. También ayudan mucho nuestros proveedores, las grandes marcas de productos de peluquería.

¿Un peluquero nace o se hace?

Un peluquero se puede hacer con trabajo, esfuerzo y actitud. Pero un crack como podría ser Lluís Llongueras nace.

Este mundo se mueve por las tendencias. ¿Hacia dónde crees que va la actual?

Estamos pasando por un momento de tendencia muy vintage en el mundo de la peluquería masculina. Tanto en la decoración como en el pelo en si: barbas muy pobladas con contornos muy depurados y también mucho afeitado. Creo que a partir de ahora iremos dejando todo esto atrás para dar paso a una tendencia no tan agresiva, con contornos no tan rapados, zonas superiores más texturizadas, más trabajo con tijera y menos con máquina. Aún falta, especialmente en las zonas más alejadas de las grandes ciudades, pero los tiros van por ahí.

Hay peluquerías que cobran más de 800 euros por un corte de pelo. ¿Crees que puede llegar a estar justificado?

Hay relojes de pulsera de 10 euros y otros de 100.000. Lo mismo pasa con la ropa y el calzado, es el mundo del lujo. ¿Por qué no aceptarlo en el mundo de la peluquería y la belleza?

¿Cómo se afronta un corte de pelo? ¿Qué importa más: las facciones, la textura del cabello?

A la hora de afrontar un corte de pelo, si no conoces al cliente, lo primero es saber qué idea trae en la cabeza. También es muy importante analizar qué tipo de pelo tiene, cuánta cantidad y de qué calidad. Si el cliente quisiera un corte muy rapado también se tendría que hacer un tacto craneal para ver qué irregularidades y desniveles hay. Una vez hecho esto, el pelo te habla y ya ves hacia dónde tirar. Si el cliente quiere un corte más largo y texturizado se juega mucho con las facciones de la cara, dependiendo si es redonda, ovalada o alargada conviene más un estilo que otro.

Para los hombres, ¿qué tipo de crema para la cara nos aconsejas? ¿Y para las barbas?

En nuestro salón masculino tenemos los productos Phytomer como línea de cosmética, con cremas para la cara y el cuerpo. En cuanto al pelo, trabajamos con tres marcas Premium de groomings exclusivos para hombre: American Crew, MITCH de Paul Mitchell y Morgan’s Pomade. Por último, tenemos una marca propia al 100% de tratamiento del cuero cabelludo para afectaciones como la dermatitis, las descamaciones o la caída del cabello llamada Mètode Tomàs Mas.

La edad tiene mucho que ver con el peinado, ¿o son dos cosas diferentes?

La edad nos limita muchas veces a la hora de asesorar. Hay clientes de 50 años que te recuerdan que ya no tienen 18 después de pedirte un cambio de look. Nos cuesta mucho cambiar, especialmente en los pueblos. En las ciudades es muy distinto, la gente tiene una visión más cosmopolita porque se ven más extranjeros. Por ejemplo, los británicos tienen una cultura de la barbería muy distinta a la nuestra.

Ahora se llevan mucho las peluquerías estilo hipster, como la tuya. ¿A qué se debe esta tendencia?

La tendencia hipster nace en Barcelona, pero no como la conocemos ahora. Era diferente, el denominador común es la barba. El hipster barcelonés de hace cinco años era un chico de gran ciudad que quería ir cómodo, alguien práctico que no quería perder el tiempo con tonterías. Llevaba americana pero iba cómodo, en lugar de zapatos se ponía unas New Balance.

Pero con el tema del peinado era distinto. Empezaron dejándose barba y afeitándose la cabeza sin ningún tipo de forma. Ese fue el estilo primario y, a partir de ahí, una vez nos fuimos acostumbrando a esta tendencia, empezamos a dar forma a las barbas y al pelo.

Evidentemente esta tendencia encajó muchísimo con todos aquellos que venimos de la barbería tradicional. Es lo que habíamos hecho siempre pero mucho mejor, con un toque más atrevido, transgresor y depurado. Por ejemplo, mi padre ya hacía todo esto hace 30 años, pero sin degradados del 0 al 3, entonces ir rapado en los contornos al número 1 no estaba bien visto. Ahora todo el mundo se rapa al 0, de ahí viene este cambio en la tendencia.

¿Crees que el pelo es tan importante que hasta puede llegar a definir una persona?

Todo define a una persona, no sólo el pelo. Los zapatos, la ropa, el reloj… incluso la sonrisa o el estado de la piel nos definen.

¿Por qué es importante el masaje craneal?

Nosotros hacemos el masaje después de lavar con el champú correspondiente. Dedicamos 5 minutos a un masaje craneal para relajar al cliente, que pase un buen rato y se lleve una buena experiencia.

¿Cuál ha es tu mejor experiencia en este mundo?

La mejor experiencia es sin duda el trato con los clientes. Enriquece muchísimo conversar con ellos e intercambiar impresiones. Es impresionante lo que se llega a aprender de todo el mundo. Estar tan cerca emocionalmente de una persona durante 20 minutos, poder ayudarla mientras está en el local sólo escuchando sin querer nada a cambio es una experiencia vital.

¿Y cuál ha sido el peor momento?

Tengo muchas malas experiencias que vienen de la gestión de una empresa, que es siempre sinónimo de muchos dolores de cabeza. Hemos llegado a ser 22 personas asalariadas con todo lo que eso comporta. Pero lo peor fue ver a un cliente llorar en el sillón de la barbería porque tenía problemas sentimentales con su pareja…

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