¿Todavía hay quién lo duda?
Según un estudio realizado por La Alianza Empresarial por la Bajada del IVA al 10% a la Imagen Personal ir a la peluquería o al salón de estética mejora el estado de ánimo del 82,9% de la población.
Fidelidad, felicidad y asiduidad en los salones
Un nuevo corte de pelo, hacernos un tratamiento o simplemente actualizar nuestro look nos aporta seguridad, nos ilusiona y reconforta.
Todo lo que tiene que ver con nuestro cuidado personal, el dedicarnos un espacio solo para mimarnos, nos aporta unos beneficios que van más allá de los resultados estéticos.
Y es que el alto nivel de confianza e intimidad que los profesionales de la estética logran con sus clientes podría asemejarse al que encontramos con un profesional que nos sana de alguna dolencia. Para muchas personas, ponerse en manos de su estilista es impulsar la seguridad personal y el estado de ánimo como ninguna otra actividad económica lo logra.
Nos ilusiona constatar que a la pregunta sobre si se es más feliz cuando se sale del salón de peluquería y estética, el valor medio alcanzado en la escala de 1 a 5 es de 4,79, En definitiva, los profesionales de la peluquería y estética son profesionales de la FELICIDAD, así en mayúsculas, ya que consiguen mejorar claramente el ánimo de su clientela en cada visita.
Las peluquerías: Un sector fiel y de largo recorrido.
Al preguntar sobre cuál es la antigüedad de los clientes en los salones de peluquería, barber shops y centros de estética, la respuesta ha sido comparable a las bodas de cristal con una media de 15,8 años. Y casi el 90% de los clientes de un mismo salón de peluquería y estética viene acudiendo a él durante más de 5 años.
Estas cifras en el entorno del márketing son muy valiosas ya que ponen de manifiesto el elevadísimo grado de fidelización que los clientes tienen con respecto a los y las profesionales que les prestan sus servicios para cuidar la imagen personal.
Alta recurrencia y tráfico en los centros
Si el aspecto a valorar es la frecuencia con la que nos solemos premiar proporcionándonos una sesión de cuidados y mimos, los números ponen de manifiesto que el sector de las peluquerías cuenta con muy buena salud: los clientes acuden a los establecimientos cada 30,1 días de promedio y el 26,3% de los clientes utiliza estos servicios una vez a la semana o cada dos semanas de media.
Y es que percibimos el mundo y nuestras experiencias en él a través de los sentidos. Más allá del resultado final que perseguimos al pasar por las manos de nuestro estilista de confianza, vivir ese proceso en un espacio agradable, con comodidad, confort y estímulos positivos, nos predispone a atesorar la experiencia como un regalo. Y así, querer volver a repetirla lo antes posible.
Confianza y confidencias
Lo que se cuenta en la pelu queda en la pelu.
¿Cuántas veces hemos pensado que los profesionales de la estética tienen mucho de psicólogos? Cuidar del aspecto externo de las personas abre una puerta de intimidad y confianza que conduce a compartir también nuestros anhelos, preocupaciones u opiniones más íntimas.
Por ello no nos ha extrañado que en relación con el nivel de confianza e intimidad existente entre clientes y los profesionales del sector, el valor medio de las respuestas del estudio haya puesto que casi el 90% de los participantes consideran que el nivel de confianza establecido entre ellos y su estilista es bastante o mucha.
Teniendo en cuenta estas cifras, el apoyo que la sociedad reitera a la reivindicación de las pymes de la imagen personal para mejorar sus condiciones económicas y particularmente la restitución de su IVA reducido, debería visibilizarse más y ponerse en valor.